Segunda Novela Prolólogo

El hombre y la mujer sienten los mismos sentimientos, pero en ritmos diferentes:
es por eso que nunca pueden ponerse de acuerdo afectivamente.

Friedrich Nietzsche en “Genealogía de la Moral”

Mira, fíjate lo que dice mi maestro Bruce Lee sobre el amor:

Lo que verdaderamente importa es no pensar ni en el éxito ni en el fracaso. Desde el instante en el cual emprendemos el viaje, no buscamos ningún resultado sino que hacemos lo que hacemos porque amamos hacer lo que amamos, y el amor no tiene recompensa ni castigo.

Yo tampoco entendí muy bien lo que acabas de leer, y me decía “¿cómo no voy a desear el éxito en nada?”.

Es imposible que no deseemos triunfar en algún proyecto, del tipo que sea: amoroso, laboral, académico, económico… hay que ser idiota para comenzar un negocio creyendo que no resultará.

Incontables madrugadas me las pasé fumando y meditando sobre aquello de “el deseo”, y pensaba en el deseo mirando a las diferentes chicas que fueron durmiendo en mi cama; fumaba y miraba su silueta dibujada bajo la sábana blanca y la oscura noche y el aroma del incienso nos envolvía pues siempre había una varita de incienso encendida, y me fumaba los cigarros y las mariguanas y miraba la perfecta silueta de la nena dibujada bajo la sábana blanca, mientras yo pensaba en eso de que no debía importarme el ganar o perder…



























Aquello de no desear ganar ni perder se transformó en un obsesivo pensamiento que revolvía y revolvía mi cabeza y se metía en mis sueños, y tanto se metía en mis sueños que transformaba mis sueños en pesadillas y no me dejaba tranquilo; pensaba y trataba de dejar de pensar en eso pero pensaba igual e incluso andaba con insomnio por aquel asunto hasta que una mañana, mientras me duchaba, lo comprendí:

“Yo sé que ella en el fondo de su corazón me ama, aunque me trate mal y se meta con otros tipos a cada rato y lo haga frente a mí, yo sé que está confundida porque ella me ama y sé que volveremos a estar juntos”.

Más de alguna vez me sucedió lo que acabas de leer, eso o algo parecido, y demás que a ti también te ha ocurrido o has visto o escuchado que a alguien le pasó lo mismo, ¿cierto?

Mientras terminaba de ducharme, comprendí también que “el deseo” de estar seguros en una u otra forma es tan pero tan poderoso en nuestra existencia, que la mente se ajustará a cualquier idea con tal de mantenernos en aquella seguridad, aunque dicha idea sea una mentira evidente para todos.

Y nos mentimos pues mintiéndonos permanecemos en la seguridad de lo que ya conocemos, sumergidas quizá en esa rutina de mierda a la cual nos acostumbramos, y tanto nos habituamos a mendigar cariño que ya no nos molestan las migajas y cualquier cambio en esa rutina nefasta, nos aterra: “mejor diablo conocido que diablo por conocer”, dicen por ahí…

¡Tanto necesitamos la seguridad! Y la ansiamos tan ardientemente, tanto, que incluso siendo esa seguridad infinitamente triste la buscamos de todos modos, pues nos hace sentir un poquito de consuelo: el rancio y miserable consuelo de la autolástima.

Pero lo más, lo más penca de todo es que para más recachas, tal seguridad no existe: ¿tienes acaso la seguridad de que en este momento, tu novia o tu esposa, o tu marido o tu amante o tu polola no desea tener sexo con otra persona, hombre o mujer, o con varios hombres o varias mujeres, al mismo tiempo (sin que te inviten)?



























¿Tienes acaso la seguridad DE QUE NO MORIRÁS EN LOS PRÓXIMOS CINCO MINUTOS?



























Complejas las preguntitas…


























¿Viste? Si la piensas bien, ni tú ni yo tenemos esa seguridad: nadie tiene seguridad de nada, excepto de que algún día, casi todos, tienen que morir.



























Esa mañana en la cual comprendí todo mientras me duchaba, mirándome al espejo al terminar de afeitarme, dije: “es imposible estar en paz si se tiene cualquier clase de deseo, cualquier esperanza de algún estado futuro”.

Pensemos por ejemplo en un proyecto, en uno cualquiera, de cualquier ámbito, a ver, por ejemplo en uno del tipo amoroso: luchamos por conquistar la atención de la chica o del tipo, andamos luciéndonos y sonrisitas para acá y miraditas para allá pero terminamos aburriéndonos de la indiferencia y miramos para otro lado y nos ignoran y para el otro pero no nos pescan y para el otro y el otro y el otro hasta que por fin, después de tanto tiempo y dinero invertido, al fin, nos resulta el sistema.

Y nos va superbién al principio, pero después nos va mucho mejor.

Y compartimos nuestros días y noches con aquella persona, y nos gusta verla y ansiamos tocarla y que nos bese y que se hunda nuestro cuerpo en su Alma; y la seguimos pasando rebién follando todos los días todo el día, y somos felices como nunca antes porque nuestro amor durará para siempre y le decimos a todo el mundo que nuestro amor durará para siempre y pedimos pololeo y luego noviazgo y nos casamos y así todo súper feliz hasta que un día…


























… o una noche…


























¡Sacatá!

Nos aburrimos de tener sexo ÚNICAMENTE con esa persona. Y ahí empiezan los verdaderos ataos.

Los problemas del macho empiezan antes, eso sí; de hecho, muchos tipos que cargan en sus brazos a su guagüita recién nacida andan mirando a otras chicas, y les hacen ojitos incluso caminando junto a la hembra madre del bebé.

Por el asunto del embarazo y todo el tema ése de la lactancia, las minas tienden a ser más fieles, pero igual la hacen, o intentan hacerla o no pueden más que desear hacerla.

Pero igual la hacen, todos la hacemos y andamos como loc@s follando o queriendo copular.

¿Ya, y el amor romántico no existe acaso?

Sí, claro que existe, pero está revuelto con weás súper fomes: “¡Eres mío o no eres de nadie!”, “¡Sin su amor, jamás voy a estar completa!”, “Hace meses que no puedo dormir porque creo que me engaña”, “¡Oye, esa mina no es tu mamá pa' que te ande haciendo la cama!”, “Mató a su pareja en un arranque de celos”…

En el fondo, el tal “amor romántico” no es más que la presión cultural por la monogamia, y el único, EL ÚNICO MAMÍFERO QUE PRETENDE SER MONÓGAMO, es la especie humana.



























¡¡¿Hay como 16 mil millones de seres por conocer, y te vas a quedar PARA SIEMPRE con esa misma persona?!!



























(— ¡Es que eso es el verdadero amor!
— ¡Por supuesto! Pero, ¿tú elegiste, o te eligieron a ti?)



























Mira, piénsalo: el compromiso.

La “monogamia” en el ser humano, que es un animal que habla, implica palabras que comprometen el futuro de nuestras decisiones, y al efectuar esas promesas automáticamente estamos mintiendo pues no conocemos lo que el futuro nos depara, y en el preciso instante en el cual escuchamos esas declaraciones de amor eterno, aparece el miedo a perder aquel compromiso de eterno amor.

Ese miedo, ese temor, es llamado “los celos”.

Los celos significan ver a la otra persona como una cosa que nos pertenece, y al ser “dueñas” de ese ser vivo le exigimos exclusividad, y deseamos que se haga lo que nosotras queremos y que el tipo o la mina esté 24/7 pendiente de uno pero cuando te toca a ti ser una cosa que le pertenece a otra persona…


Mmmmh, bueno, ahí ya no es tan divertido el pololeo, el noviazgo o el matrimonio.

Y comienzan entonces las mentiras, mentiras incluso en casos extremos como por ejemplo para evitar que tu pareja sepa que te masturbaste denanante (¡y pensando en tu pololo, más encima!) porque tu pareja dura dos minutos y fin, o que ayer fuiste a jugar a la pelota, o que anoche saliste con tu mejor amiga, ésa a la cual no veías desde hacía dos años…

Pura mierda, hermano…

¿Oye, y cachay eso que dicen que sólo sabes lo que tienes, cuando lo pierdes?

Siguiendo con el ejemplo del proyecto amoroso, acuérdate de cuando interactuaste con alguien por vez primera: no se conocían y ni tan siquiera se imaginaron pero luego se conocieron y se cayeron bien o mal y casi sin darse cuenta se vieron viviendo muchas vivencias felices y eran dichos@s como jamás lo imaginaron; sin embargo, quizá en algún momento y por un motivo pequeño o uno enorme, todo se perdió. Quedamos pal’ pico, nos sentimos ultramegahipertristes y lloramos a moco tendido.

Es imprescindible entonces que pase un tiempo para asimilar toda aquella tan terrible pérdida: es necesario haber aprendido una infinidad de cosas para ver la real importancia de la persona o de la situación que perdimos, persona o situación a la cual estábamos tan acostumbrados así como durante algún rato en algún día de tu vida te acostumbraste a esa piedrita molesta en la zapatilla que no quisiste sacar y que al rato, olvidaste que estaba allí.

Bueno, igual no quedamos pegadas solamente con los tipos que nos abandonaron, también nos caga la onda tener que trabajar en algo que odiamos, trabajo al cual llegamos de rebote porque en la otra pega, esa que nos gustaba tanto, nos mandamos algún cagazo…

Y mientras estamos resacosas haciendo como que escuchamos al jefe nuevo dándonos la lata por haber llegado otro lunes tarde, mientras ese weón que no conocemos ni nos interesa conocer está retándonos en el mismo instante en el cual morimos de sed y alucinamos un agua mineral heladita al seco, o el jefe nuevo nos webea mientras nos caemos de sueño o estamos ultra motivadas y queremos puro seguir vasilando, mientras todo eso ocurre EN LA REALIDAD, en tu imaginación, recuerdas lo bien que estabas en la otra peguita…

Puta la weá… llegábamos tarde y nos íbamos temprano y nadie te decía nada; el dueño no estaba pendiente de otra cosa más que de jalar y de comerse cabrachicas, y dejaba como encargado a un hijo que era medio rastafari y que estaba todo el día volao; si te cachaban sacando la vuelta les daba lo mismo; hacían asados a cada rato y se ponían con todo y si uno se emborrachaba no les importaba.

Además, trabajabas la mitad que ahora y te pagaban el doble pero lo mejor, lo mejor de todo era que el fakin laburo te quedaba tan cerca de tu hogar que no gastabas plata en micro porque llegabas al trabajo caminando, así que podías almorzar en tu casa y dormir una siestita…

¡Tan buena la peguita y yo el muy sacowéa me tenía que comer a la mina del rasta!

“Disculpe jefe, no se volverá a repetir”, le dijiste al papá del rasta, pero te dieron la patá en la raja igual.

“Disculpe jefe, no se volverá a repetir”, le dices ahora al jefe nuevo, tirándole el tremendo dragón de vino tinto a la cara…

Cuando nos pasan esas mierdas, eso del tipo que te dejó o la pega que por weón perdiste, cuando nos ocurre eso, lo único que podemos hacer para no andar angustiados es no pensar en aquello que perdimos.

Y para no pensar, no existe otra cosa más que NO RECORDAR: si recuerdas, traes al presente cosas del pasado QUE YA NO EXISTEN, porque los recuerdos son ilusiones. Entonces, si los pensamientos nacen de los recuerdos y los recuerdos son ilusiones, los pensamientos también son ilusiones… Obvio que a través del pensamiento también nos proyectamos pero si la piensas bien, esas proyecciones, por más que desees que se hagan realidad y estén las probabilidades para hacerlas realidad, no dejan de ser ilusiones...

Es necesario entonces tener una visión a mediano plazo al menos para estar en condiciones de trabajar por un futuro que sea posible, pero siempre conscientes de que el futuro no existe y como no existe, no lo podemos conocer.

Ojo ahí: nadie está diciendo que no haya que pensar en los días venideros. Mira, con estos dos ejemplos me explicaré mejor:

“Soy chileno, tengo 36 años y no terminé el octavo básico y no hablo inglés, pero estoy seguro que el próximo año seré un famoso diseñador de rascacielos, y estoy seguro que así será pues lo deseo con todas mis fuerzas”.


Otro ejemplo:

“Tengo 45 años. Mido 1.60 y peso noventa kilos; mi cara está llena de acné y tengo tres hijos de diferentes papás, y esos tres weones están en cana
y aunque no hablo inglés ni terminé la escuela, tengo la absoluta certeza que antes de navidad estaré desfilando en las pasarelas de Europa, pues me convertiré en una top model ya que lo anhelo con todo mi ser”.



























No weí poh loco...

Eso no es tener las cosas claras respecto a lo que deseamos lograr, eso es alucinar y hablar pura mierda producto de tanto autoengaño: esa volá se llama “optimismo ingenuo"

“¡Ahh! ¿Y por qué no podría alcanzar mis sueños?”, dicen algunos:

“Los Hermanos de La Luz siempre te guían y protegen desde los planos elevados, y además el libro “El Secreto” me enseñó que cuando quieres ardientemente alcanzar una meta, y decretas que la alcanzarás, por imposible que sea esta meta, todas las energías del Universo se alinearán para que logres lo que tan fervientemente anhelas”, dicen esas gentes.

¡Ya pues, comadre, estamos hablando en serio!

Yo los únicos “Hermanos de La Luz” que conozco son los culiaos que me vienen a cortar la luz mes por medio, y además déjame decirte que al Universo LE IMPOPORTA UN KILO DE SHET LO QUE TE PASE, y si te toma en cuenta en algún momento, ten la seguridad que será PARA CONVERTIRSE EN TU ENEMIGO Y CAGARTE LA PUTA EXISTENCIA.


























(Aunque quizá, al menos de esa manera, LUCHANDO CONTRA TODO EL UNIVERSO, harás estallar la hermosa energía que te espera ahí, dentro tuyo, en lo más profundo de tu Alma)


























Mira, si apartas la mirada de tu celu unos instantes y piensas en lo que llevas leído del Prólogo, comprenderás que hasta el momento, todas mis palabras son sensatas.

























Ya, ok. Es verdad lo que has leído; sin embargo, a pesar de todo lo cierto que pueden ser mis palabras y reflexiones, uno igual siempre está recordando y pensando en el futuro y aún sabiendo que nadie conoce el futuro, seguimos ilusionándonos a cada instante buscando seguridad donde no la hay,
y deseando triunfar a toda costa y a cualquier precio.
























(Continúa en página 45 del pdf)
Leer pdf “Prólogo” versión móvil

Descargar GRATIS Segunda Novela completa versión imprimible

Si quieres tener tu libro en formato físico, puedes enviar el archivo a Editorial Indómita:
INDOMITA LIBROS XXXXXX

CÓMO IMPRIMIR EL ARCHIVO EN MODO LIBRO
Comprar Segunda Novela completa versión móvil